Kenneth S. Stern fue el principal encargado de elaborar la definición de trabajo de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA). En esta entrevista, emitida por la cadena norteamericana PBS el 1 de mayo de 2024, denuncia cómo la definición está siendo instrumentalizada por políticos y grupos de presión para coartar la libertad de expresión, la libertad académica y perseguir a los grupos de apoyo a la causa palestina en los campus universitarios norteamericanos.

Kenneth S. Stern es director del Bard Center for the Study of Hate y autor de The Conflict over the Conflict: The Israel/Palestine Campus Debate (Toronto, Buffalo & London: University of Toronto Press, 2020).


Traducción:

Christiane Amanpour: Como hemos mencionado antes, la crisis en los campus de Estados Unidos está haciendo que algunos se cuestionen la definición actual de antisemitismo, redactada por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto. Es una definición que ha sido adoptada por países de todo el mundo. A continuación, Michelle Martin habla con el autor Kenneth Stern, que dirigió la redacción de ese documento y que ahora advierte de que se está utilizando para reprimir la libertad de expresión.

Michelle Martin: Gracias Christiane. Kenneth Stern, muchas gracias por estar con nosotros.

Kenneth S. Stern: Muchas gracias por invitarme.

Martin: Sólo quiero mencionar que usted tiene una distinguida carrera como abogado litigante, como autor, como activista de derechos humanos, pero lo que creo que mucha gente debe saber de usted es que fue el principal redactor de la definición de trabajo de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto [IHRA en sus siglas en inglés]. Vamos a hablar un poco sobre la forma en que usted cree que esta definición se ha utilizado, y tal vez mal utilizado. Pero quería pedirle que empezara contándonos por qué la redactó, cuál fue su origen.

Stern: Bien, el origen fue que después del comienzo de la segunda intifada y el colapso del proceso de paz en 2000, hubo un repunte de los ataques contra los judíos, en particular en Europa, en los Estados Unidos también, pero sobre todo en Europa, y había un grupo, llamado el Observatorio Europeo [del Racismo y la Xenofobia], que se encargó de hacer informes sobre el racismo, la xenofobia y el antisemitismo, y publicó un informe, a finales de 2004, que encontró, de hecho, que algunos de los ataques fueron realizados no sólo por los sospechosos tradicionales, supremacistas blancos y otros, sino también por jóvenes árabes y musulmanes en algunos suburbios de París y otros lugares por el estilo. Así que los datos eran correctos, pero dijeron que teníamos el problema de que todos estos países diferentes tenían personas que recopilaban información y no había una hoja de ruta común, ni una definición común de lo que había que tener en cuenta. Y también dijeron que, bien, vamos a tener una definición temporal que se centrará en cuestiones de antisemitismo basadas en estereotipos sobre los judíos. Y realizaron ese ejercicio y preguntaron: «¿Qué hacemos si un judío es atacado en las calles de una ciudad europea como si fuera un israelí?»; y dijeron: «Si alguien tiene esos estereotipos y los aplica a los israelíes, y luego los vuelve a aplicar a los judíos, eso es antisemitismo, pero no si está molesto con la política israelí»; dijeron: «Eso es lamentable, pero no debe contarse [como antisemitismo]». Y eso me pareció una locura, básicamente porque crecí en la época del movimiento por los derechos civiles y no puedo imaginarme a alguien diciendo: «Bueno, linchar a algún negro es racista si tiene esos estereotipos sobre los negros, pero no si le molestó un acontecimiento político, un discurso de Martin Luther King». Así que dio la casualidad de que un colega invitó al director del Observatorio Europeo a venir a la reunión anual del Comité Judío Estadounidense, donde yo trabajaba, para hablar en general con otros sobre lo que estaba ocurriendo en Europa. Y como vimos entonces, como vemos ahora, hay cierto discurso sobre Israel que está correlacionado con ataques a judíos. No necesariamente existía causalidad, pero pensamos que era importante tomar la temperatura. También había otras razones para la definición, pero así es como empezó y por eso hay ejemplos de Israel dentro de la definición.

Martin: Quería hablar sobre el artículo de opinión que escribió para el Boston Globe hace unas semanas. Dice que el término se está utilizando ahora —de hecho, se está instrumentalizando— para amordazar la libertad de expresión en los campus. ¿Podría explicarnos cómo el término, o el marco que usted elaboró, se está instrumentalizando y por qué lo considera peligroso?

Stern: Bueno, el lenguaje de la definición estaba empezando a ser utilizado en casos sobre el Título VI [de la Ley de Derechos Civiles de 1964] después de 2010, y estaba atendiendo a cuestiones como lo que un profesor estaba enseñando, qué oradores venían al campus, qué textos se asignaban, cosas que claramente son el corazón de la libertad académica. Y, ya sabes, mi preocupación es que el empuje de esto, especialmente en los casos del Título VI —no estoy particularmente preocupado por los casos en sí, aunque estoy preocupado por cómo algunos de ellos van a ser litigados—. La presión recae sobre los administradores cuando saben que la gente está dispuesta a demandar. Cuando se producen ciertos discursos en un campus que pueden desencadenar que alguien presente una demanda en virtud del Título VI, es más probable que intenten suprimir ese discurso o contrarrestar ese discurso, porque parte de lo que hacen en su trabajo diario es proteger a la Universidad de ser demandada. Así que lo veo no sólo como una cuestión legal, sino como un intento intencionado de crear un efecto amedrentador, y no creo que eso sea apropiado. No se utilizan los instrumentos de la ley para suprimir el discurso, y así es como veo que se está utilizando. Y también se está convirtiendo en un símbolo, de una manera que es verdaderamente preocupante para mí, sobre, ya sabes, sobre la preocupación por el antisemitismo, que es el trabajo que llevo haciendo durante décadas. Una vez que intentamos reducir las cosas a «¿Es esto antisemitismo o no?», perdemos de vista muchas cosas sobre cómo funciona el antisemitismo en el mundo real. Todos consideraríamos el tiroteo en [la sinagoga] Árbol de la Vida claramente antisemita, pero el tirador del Walmart de El Paso unos meses después tenía la misma ideología, estaba preocupado por el febril discurso sobre los inmigrantes que destruyen nuestro país. A uno lo consideramos antisemitismo, al otro no. Hablo con las sinagogas, y digo: si sólo les preocupa el antisemitismo, lo que más me preocupa a mí no es necesariamente lo que la gente dice de los judíos, sino lo que los políticos y otros dicen de cualquiera de nosotros como un peligro, ya sean inmigrantes o musulmanes u otros. Porque, una vez que se ceba esa bomba, eso conduce inevitablemente a que la gente se meta en esas burbujas de pensamiento, que son una especie de cintas transportadoras hacia las teorías de la conspiración. Además de eso, yo, ya sabes, trabajé en el Comité Judío Americano durante 25 años, guardé celosamente el término antisemitismo. Para tener impacto, tiene que ser utilizado sólo en los casos más claros, por lo que no siempre por defecto. Ahora se está presionando para que sea casi omnipresente, y cuando todo se convierte en antisemita, nada es antisemita, y eso hace que sea más difícil luchar contra el antisemitismo.

Martin: Mire, le entiendo, si todo es antisemitismo, entonces nada es antisemitismo. Pero, dicho esto, ¿sigue siendo útil el marco? ¿Sigue siendo necesario o ha llegado tan lejos, en su uso indebido, que ya no tiene utilidad?

Stern: Bueno, creo que ya sabes que hay varias definiciones de antisemitismo. Algunas de ellas son mejores para un propósito que para otro. Algunas de ellas son más propensas a ser utilizadas, o al menos explotadas, para parar el discurso pro-palestino, que es como yo veo que la definición de la IHRA está siendo utilizada. Pero todas ellas tienen, como núcleo, la idea básica de que el antisemitismo es una teoría de la conspiración sobre los judíos dañando a la humanidad y, ya sabes, que dan una explicación de lo que va mal en el mundo. Pero, de nuevo, no quiero que se utilicen estos atajos para fijarse en el discurso. Y el paralelismo que yo veo es: imagínate si uno hubiera elaborado una definición de racismo que también tuviera en cuenta algunas cuestiones políticas que pueden afectar al racismo; es decir, si dices que estas cuestiones son inherentemente racistas. Pero puede que sean cuestiones que deban tenerse en cuenta. Así, la oposición al movimiento Black Lives Matter, la oposición a la retirada de las estatuas confederadas, la oposición a la discriminación positiva… Entonces, puedes argumentar que esas cosas podrían ser indicios de la temperatura del racismo, para recogerlas en las encuestas y demás. ¿Querría usted, entonces, tener en vigor un código sobre discurso del odio, y mucho menos refrendado por el Congreso, que dijera: «Si uno tiene esta opinión concreta sobre cualquiera de estas cuestiones, está por tanto expresando racismo»? Yo creo que no. Y uno ve el daño que eso causaría a la capacidad de siquiera analizar estas cuestiones en un campus universitario. Y esas son las mismas preocupaciones que tengo sobre el uso de estas definiciones en este contexto.

Martin: Esta es exactamente la cuestión que vemos ahora, ya que estas manifestaciones en los campus universitarios se han extendido por todo el país. Y yo sólo, ya sabes… Este es el argumento que se nos dice: que esto es entre, ya sabes, una discusión entre la libertad de expresión y la seguridad de los estudiantes. ¿Usted lo ve así?

Stern: Literalmente un tema complicado. Pero yo veo el…, ya sabes… Los estudiantes deben estar a salvo del acoso, de la intimidación, del bullying, de la discriminación, independientemente de si encajan en una de las, ya sabes, las clasificaciones. Legalmente, cualquier estudiante debe estar protegido contra esas cosas. Pero los estudiantes deben estar preparados, y la universidad debe hacer hincapié en ello, los estudiantes van a escuchar cosas que les resultan perturbadoras. Yo oigo muchos de los cánticos y cosas perturbadoras, pero si no se hacen como parte de una amenaza, sino sólo es una cuestión de expresión, eso tiene que ser protegido. Parte del trasfondo de lo que estamos viendo ahora fue la presión para ilegalizar a Estudiantes por la Justicia en Palestina por lo que dicen, y no estoy de acuerdo con mucho de lo que dicen, pero no quiero que los prohíban. DeSantis hizo eso en Florida, Brandeis hizo eso, no basándose en nada de lo que hicieron, sólo en términos de lo que estaban diciendo. Y eso es parte de la razón por la que creo que estamos viendo algún exceso en la respuesta. Y es que ha habido, ya sabes, una falta de claridad: «No vamos…, ya sabes… Vamos a apoyar tu derecho a decir cosas que nos parecen, ya sabes, ofensivas. Vamos a utilizar los activos de la institución para enseñar sobre ello, pero no vamos a suspenderte o sancionarte por las cosas que digas».

Martin: ¿Cuál es el límite? Porque, obviamente, algunos discursos ya son conductas delictivas. Si una persona amenaza con matarte, ¿verdad? Puedes… hacer una amenaza creíble de matar a alguien. Puedes ser arrestado por eso. Eso ya es un delito, así que ¿dónde cree que las universidades se han equivocado?

Stern: Sí, quiero decir… Si alguien hace una amenaza específica a una persona —»Te voy a matar»—, y es una amenaza inmediata directa, eso es obviamente un problema. Hubo un caso, hace unos años, en California: alguien encontró los nombres de todo el mundo cuyo nombre sonaba como de estudiante asiático —estudiante asiático-americano— y envió un correo electrónico a todos ellos diciendo: «Mi misión en la vida va a ser perseguirte y matarte», o algo así, y fue condenado apropiadamente. Pero si me levanto y digo algo deplorable sobre los sionistas, los israelíes o cualquier otro grupo, eso no es más que un discurso. Eso debe ser contrarrestado, pero no debe ser sancionado. Y eso es lo que estamos perdiendo.

Martine: Uno de los puntos clave, creo, sería en torno al lema «From the river to the sea» [Desde el río hasta el mar], ¿verdad? «Palestina debe ser libre desde el río hasta el mar», ¿no? Algunas personas lo interpretan como la creencia de que Israel no debería existir. Ahora, bajo la definición, ya sabes, de una de las definiciones de antisemitismo, en este marco, «negar al pueblo judío su derecho a la autodeterminación, por ejemplo, afirmando que la existencia del Estado de Israel es una empresa racista», ¿verdad? Esa es una de las definiciones, pero la gente que quiere utilizar esa frase, algunos de ellos dicen: «Eso no es lo que están diciendo. Lo que dicen es eso, pero creen que Israel debería ser una democracia multiétnica y multirreligiosa como Estados Unidos». Ese fue el eje sobre el que giró la audiencia en el Congreso, en la que algunos de los congresistas republicanos arremetieron contra los rectores de varias universidades diciendo que no eran lo suficientemente celosos a la hora de proteger contra el antisemitismo y el genocidio. ¿Qué opina al respecto?

Stern: Bueno, en primer lugar, la… Esa audiencia del 5 de diciembre fue realmente una trampa en muchos sentidos, y me pareció muy ofensivo que, ya sabes… Tienes miembros del Congreso que no criticarían al presidente Trump por recibir a un negacionista del Holocausto, no lo criticarían por decir que los inmigrantes están envenenando la sangre del país, y ahora aparentemente se preocupan por cuestiones como el antisemitismo. Y lo que montaron fue esto, ya sabes… Afirmar que «From the river to the sea» significa genocidio contra los judíos, y: «¿Vas a parar las llamadas al genocidio de los judíos?». De nuevo, el discurso es deplorable, pero no sancionas a la gente por ello; utilizas los recursos de la Universidad, ya sabes, para ir en contra de él. Y, ya sabes… Hubo una encuesta que fue publicada en la que se decía que el 66% de los estudiantes judíos, al escuchar «From the river to the sea», lo entendían como genocidio contra los judíos, y me parece también que la frase es inquietante. Soy sionista, creo en la solución de los dos Estados. Y creo que algunos utilizan la frase para decir que, precisamente, los judíos no deberían tener derecho a existir en esa zona. Sin embargo, el 14% de los musulmanes, sólo el 14% de los estudiantes musulmanes encuestados, ven la frase como un llamamiento a deshacerse de los judíos o al genocidio. Y creo que, ya sabes, eso es parte del desafío: que la gente está escuchando cosas diferentes en este momento. Y tengo una colega en el Bard [College] que se estaba dando cuenta de que la gente estaba lanzando términos como «antisemitismo», «genocidio», «limpieza étnica», «colonialismo de asentamiento» como armas; y estamos en una universidad, por lo que está preparando un curso —de hecho estoy impartiendo la sesión sobre antisemitismo a finales de esta semana—. ¿Qué significan estas palabras? ¿Cómo las entendemos? ¿Por qué la gente las oye de forma diferente? Ésas son las cosas que debería hacer una universidad. No debería decir aquí hay una… Aquí hay una declaración que te va a llevar a ser sancionado por expresarte. Siempre y cuando no sea una verdadera amenaza…

Martin: Los estudiantes musulmanes, los musulmanes en general, han tenido esta queja durante algún tiempo acerca de las palabras que son importantes en su cultura y tradiciones que sienten que han sido mal utilizadas, como «yihad», ya sabes… «Yihad», por ejemplo, ya sabes, hay gente que dice: «Bueno, ‘yihad’ puede significar como una yihad contra los malos hábitos», ya sabes, «vamos a librar una», ya sabes, «una guerra contra nuestros propios malos hábitos». Y se sienten como: «¿Por qué otras personas tienen que definir lo que pensamos sin preguntarnos lo que queremos decir con esas palabras?» Entonces, ¿cómo redefinir palabras que han sido ya identificadas con ciertos significados?

Stern: Bueno, no es nuevo… Quiero decir: no es sólo acerca de estas cuestiones, ya sabes, en torno a la política, la inmigración, el aborto, y otras cosas también. Dirijo un centro de estudios sobre el odio y eso influye mucho en mi forma de pensar sobre estos temas. Creo que, especialmente en temas candentes, donde tu identidad está ligada a una cuestión de percepción de justicia social o injusticia, sabemos por la ciencia del cerebro y la psicología social y otros campos que, ya sabes, informan a los estudios del odio, lo que sucede a los seres humanos: nos metemos en esta especie de burbujas de «nosotros contra ellos», nos metemos en un lugar donde anhelamos la simplicidad, anhelamos la certeza, anhelamos símbolos… Y creo que parte de lo que estamos viendo en torno a la cuestión de la definición de la IHRA y otras cosas son cuestiones de símbolos. No queremos sumergirnos en la complejidad de por qué estas cosas son tan polémicas. Queremos que alguien nos diga en qué lado de la tabla de contabilidad debemos ponerlo, y no… Y eso es parte de la preocupación que tengo sobre la fuerza de la definición de la IHRA. Y hay un par de proyectos de ley en el Congreso en este momento que están considerando su uso para fines educativos o también para cuestiones de financiación, y en Europa también. Y no veo que eso sea diferente de lo que… Me opongo a lo que, de nuevo, el gobernador DeSantis… No es por meterme con él, pero lo que está haciendo en Florida sobre qué enseñamos sobre género, qué enseñamos sobre raza…. Puede que no esté de acuerdo con todo lo que se enseña, pero no quiero que el Estado defina lo que está bien enseñar y lo que no. Quiero que lo hagan los profesores y los estudiantes y, ya sabes, las universidades. Y el antisemitismo es un problema real, y hay estudiantes judíos que están siendo intimidados, pero la forma de abordarlo no es utilizar la ley para tratar de suprimir el discurso que no nos gusta. Se trata de animar a los estudiantes a tratarse unos a otros, a darse cuenta de que todos formamos parte de la misma comunidad. No es una competición entre profesores y estudiantes. Cómo… Cómo nos involucramos en este momento juntos, y por qué no tenemos la curiosidad intelectual. ¿No tienes curiosidad por saber por qué tienen esa opinión? ¿No puedes tener la empatía emocional de imaginarte en su lugar? Ése es el tipo de cosas en las que creo que tenemos que centrarnos, en lugar de en las palabras que, ya sabes, te meten en problemas.

Martin: Mientras estamos hablando ahora, es el final del semestre, las graduaciones están en marcha… En algunos lugares los estudiantes están siendo arrestados, están diciendo… Les están dando, ya sabes, instrucciones específicas: «Si no te vas en breve…», o: «Vas a ser arrestado». Eso ya ha sucedido en varios lugares, así que… Si estuviera aconsejando a los rectores de las universidades que están abordando todo esto —teniendo en cuenta todo lo que ya ha ocurrido—- ¿qué haría ahora?

Stern: Es una pregunta difícil. Me alegro de no estar en su posición, pero lo que les he estado diciendo —y me he reunido con juntas directivas y presidentes y demás— es que deben dar prioridad a la libertad académica en todo lo que hagan. Y algunas de las cosas que han causado lo que estamos viendo en este momento es que no se ha priorizado la libertad académica. Creo que, ya sabes, que arrestar a los estudiantes debería ser el último recurso, por cualquier motivo. Me pareció ver una declaración esta mañana del presidente de Wellesley [College], que básicamente dijo: «Mientras no haya violencia, vamos a dejar que el campamento siga». Entiendo la dinámica y las dificultades con la graduación y otras cosas, cuando la gente no puede usar ese espacio… No es algo fácil. Pero no se va a resolver con detenciones o suspensiones masivas. Y creo que eso sólo da fuerza a los manifestantes de alguna manera también, y lo entiendo.

Martin: Kenneth Stern, muchas gracias por hablar con nosotros hoy.

Stern: Ha sido un honor estar con ustedes. Muchas gracias.